La productividad y el equilibrio entre la vida profesional y personal se han consolidado como elementos clave en la nueva empresa. Pero, ¿cómo asegurar el crecimiento empresarial a través de la felicidad de los trabajadores?
El Feel Good Management es una práctica que varía de empresa a empresa, encontrándose generalmente bajo el equipo de Recursos Humanos, esta se caracteriza por la búsqueda, consecución y mantenimiento de un ambiente de trabajo saludable. Su finalidad es la felicidad del empleado.
Es necesario identificar los principales problemas que afectan a la plantilla a través de una encuesta a los empleados. A partir de aquí, seleccionar un par o tres de ellos para abordarlos y desarrollar medidas que permitan la satisfacción y el compromiso de los empleados. Es importante que con el objetivo de favorecer su aceptación, se haga partícipe al equipo de todo el proceso. Finalmente, es importante comunicar de forma transparencia el cómo, el cuándo y el por qué de los cambios que serán realizados.
Esta práctica se desprenden ventajas a nivel de productividad y de imagen de marca. Así, “se presume de un aumento del compromiso de los trabajadores, considerando los objetivos de la empresa como propios y favorece una menor fluctuación de trabajadores y unos porcentajes de bajas médicas inferiores”.
Como en todo proceso también existen las dificultades. “Idear unas prácticas que sean acordes al equipo de trabajo, siendo aceptadas positivamente por este” es el mayor reto al que se enfrenta
Esta manera de gestionar las empresas va más allá de ofrecer premios o regalos puntuales a los empleados, sino que se trata de promover unas prácticas regulares que definan la empresa. Son un tipo de actividades que variarán en función de la cultura empresarial y las necesidades de cada equipo.